Cuanto mas tiempo paso en el kiosco mas estoy convencido de que todos los adultos necesitan unas clases obligatorias de matemáticas por lo menos un par de horas a la semana. Tengo viajantes que literalmente no saben restar, señoras que me traen 8 chicles de 5 céntimos y me dicen "50, no?", y paisanos que protestan por la vuelta y cuando les explico educada y cuidadosamente que 5 menos 3,20 son 1,80 se excusan diciendo que con los euros no se aclaran.